A lo largo de la historia del país, se han hablado de múltiples acontecimientos relacionados con el narcotráfico, la caída de grandes capos de la droga, así como imperios extraordinarios de jefes de la mafia que han logrado amasar dinero y propiedades, también han acumulado historias únicas.
Tal es el caso de aquel suceso increíble de un par de avionetas que cayeron en un poblado denominado “El Morro” allá por el Istmo de Oaxaca, a 20 minutos de Salina Cruz, cercano a la playa sur, que traían en su interior paquetes rectangulares fuertemente cubiertos con cinta canela que tenían en su interior polvo blanco conocida como cocaína.
Fue en el mes de enero del año de 1987, entre la Playa Cangrejo y Playa Garrapatero, que se escuchó el estruendo del accidente aéreo y llamó rápidamente la atención de los lugareños, quienes corrieron al lugar de los hechos. Siendo ahí donde hicieron el hallazgo de múltiples paquetes en forma rectangular que contenían clorhidrato de sodio, mejor conocido como cocaína.
Ignorantes de lo que contenían los paquetes, los pobladores del Morro pensaron que no era nada importante, quizás fertilizante para el campo, pero al final les fue fácil considerar el polvo blanco como cal, por lo que fue tomado por los habitantes del poblado y llevado a sus casas.
Sin imaginar que el polvo era de un alto costo, no se limitaron a darle sentido a sus vidas por lo que decidieron muchos de ellos regalar a sus hijos pequeños el polvo con el que jugaban. Lo insólito, fue cuando algunos pobladores que tenían en su poder varios cuadros llenos de polvo decidieron pintar el campo deportivo donde jugaba el equipo local de beisbol que se llamaba Relámpago, con suficiente polvo blanco para que las rayas de los límites de la cancha estuvieran correctamente señaladas.
No fue, sino con posterioridad, que agentes de la policía estatal, federal, militares y marinos llegaron hasta el lugar donde encontraron el par de avionetas tipo Cessna y descubrieron que los paquetes que traían en su interior ya habían sido sustraídos.
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Pero su llegada ya había sido muy tarde, por lo que al ver frustrada su labor tomaron por asalto varios pueblos, allanaron casas y torturaron a los habitantes por varias semanas, revisaron cada metro cuadrado de los alrededores.
Debido a lo anterior y después de indagar, se dieron a la tarea de llegar hasta el poblado donde habían llevado el polvo blanco y fue como “El Morro” vivió uno de los sucesos más tristes de su historia, pues las autoridades que acudieron a realizar las indagaciones al tratar de recuperar la droga que aún no se sabe si era para ponerla a disposición de la autoridad federal, resultó mucha gente agredida y muerta, entre ellos, el mismo presidente municipal, no sin antes ser torturado.
Por lo anterior, fueron removidos el entonces director de la Policía Judicial del Estado, Agustín Ordorica, y el Procurador de Justicia de Oaxaca, Sergio Santibáñez, aquel personaje introvertido de la capital oaxaqueña de bigote, delgado y bajo de estatura.
En un hecho sin precedentes, en el lugar, solo se logró recuperar aproximadamente 90 kilos de la citada droga, así como también fueron detenidos alrededor de 15 habitantes del poblado, así como un Director de Seguridad Pública del Estado, un comandante de la extinta Policía Judicial Federal.
Un misterio cubrió este suceso, nadie supo nunca con exactitud cuántos kilogramos de droga traían ese par de avionetas, lo que sí fue muy sonado es que, con la misma, habían pintado una cancha deportiva para beisbol, siendo quizás hasta ahora, la cancha más cara del mundo, pues sus límites estaban rayadas de clorhidrato de sodio, por lo que su valor seguramente ascendía a millones de dólares.
Los pobladores del Morro cuentan que, hasta la fecha, muchos turistas llegan a conocer la historia, a escucharla de viva voz de los habitantes, aquellos que vivieron en carne propia el infierno que se desató por las autoridades que llegaron en busca de la droga.
Las avionetas fueron descritas como un bimotor Barón 95-B-55, de seis plazas, con número de matrícula HK2861P y una avioneta Piper Seneca II, matrícula HK2299-W, mismas que al ser encontradas por las autoridades ya se encontraban desmanteladas.
De acuerdo con la historia oficial que se llevó dentro de la averiguación previa número 58/987, luego dentro del proceso 38/987, hubo muchas más detenciones, fugas de marinos y soldados que se presume se involucraron en la sustracción de paquetes de cocaína, además de muchos más pobladores que les fueron encontrados paquetes del mismo tipo.
Pero lo más extraordinario de todo, fue el hecho de haber esparcido la cocaína para pintar las líneas de una cancha de beisbol, regaron por toda ella docenas de paquetes para que el equipo del poblado saliera por la victoria en sus compromisos de la liga amateur.
